PARAMORE: LAST HOPE (LIVE)
Cuando se habla sobre trastornos y desórdenes alimenticios la gente asimila como únicas opciones ANOREXIA y BULIMIA con sus respectivos derivados; déjenme decirles que los trastornos no sólo se basan en atracones para luego sentir culpa y culminar en la regurgitación o en su defecto, tener una visión sobre el cuerpo perfecto por los estándares de belleza que se dictan como proclamación ante estas mujeres que creen que ése cuerpo «PERFECTO» se basa en huesos y más huesos.
Se preguntarán por qué estoy hablando de este tema, y es que hace varios meses me encuentro atravesando por grandes (al menos así lo veo HOY) problemas de salud; entre un desbarajuste hormonal y un trastorno alimenticio psicológico. Hace pocos días me miré en el espejo con un poco más de responsabilidad y decidí buscar ayuda profesional porque lo que veía no era nada saludable.
Hay condiciones complejas que pueden contribuir en este tipo de trastorno como lo son los factores biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales que a lo largo del tiempo producen daños en la salud física y emocional, la autoestima, etc.
Factores psicológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:
- Baja autoestima
- Sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida
- Depresión, ansiedad, enojo y soledad
Factores interpersonales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:
- Relaciones personales y familiares problemáticas
- Dificultad para expresar sentimientos y emociones
- Haber sido fastidiado o ridiculizado basado en su talla o peso
- Historia de abuso físico o sexual
Factores sociales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:
- Presiones culturales que glorifican la “delgadez” y le dan un valor a obtener un “cuerpo perfecto”
- Definiciones muy concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras
- Normas culturales que valorizan a la gente en base a su apariencia física y no a sus cualidades y virtudes internas
Mi falta de correcta alimentación se vio reflejada en una balanza:
44Kg midiendo 1,66m y teniendo casi 24 años-
Sí, soy un esqueleto caminando aunque la verdad, podría estar pesando mucho menos. A los 15 años me diagnosticaron problemas de tiroides, el diagnóstico profesional: HIPERTIROIDISMO.
Fueron varios años controlando la enfermedad, medicandome y pinchándome los brazos todas las veces que fueron posibles para poder controlarla; al final parece que esta todo bajo control, mis últimos estudios han salido bien.
Hace un par de meses tuve que volver a causa de una amenorrea bastante considerable, diagnóstico: SÍNDROME DE OVARIO POLIQUISTICO.
Escribo esto y me río porque no se que habré hecho mal para tener una salud tan de mierda, y eso que no les he contado la falta de calcio que tengo en los huesos que me provoca unos dolores insoportables, ni les he contado sobre los soplos cardíacos con los que convivo hace más de 20 años… EN FIN
Centrémonos en lo que para mi es más importante ya que esta en el ranking de las cosas que más me daña en todos los aspectos habidos y por haber.
La depresión con la que convivo hace 15 años ha salido a la luz después de su última aparición allá por mi adolescencia de «rebelde sin causa». Esta misma «depresión» es la que hace que yo no pueda ingerir alimentos, la misma que me genera nervios, nauseas y ansiedad compulsiva hacia el tabaco, entre otras cosas.
Yo nunca tuve problemas con mi cuerpo, por genética siempre fui una persona delgada con proporciones correctas para mi edad… Nunca me sentí ‘gorda’ PERO , sí creía que podría estar mejor, ser más saludable, hacer ejercicio para que todo se mantenga en su sitio, un pensamiento así, dudo que tenga algo de gravedad, aunque pensándolo, nunca hacía algo al respecto.
En muchas circunstancias que me han pasado este ultimo tiempo, me veía desolada, pensaba en cosas y mi estomago se cerraba, pasaban los días salteando una comida tras otra, hasta que me doy cuenta que ya directamente no comía, no porque no quisiera, sino que directamente NO PODÍA, y cuando me obligaban a comer tenía que parar porque me daban ganas de vomitar.
Paso mucho tiempo hasta que me di cuenta del daño que me estaba provocando a mi misma, de escuchar a toda esa gente diciéndome lo asquerosamente flaca que estaba.
¿Por qué hablo de una depresión? Porque más de una vez pensé en quitarme la vida e imaginando las cosas que podría hacer para terminar con la miserable vida que llevaba; yo creo que si una persona es estable psicológicamente nunca llegaría a pensar las cosas que yo pensaba, sin embargo fueron sólo deseos y nunca hechos concretos porque nunca hice algo al respecto.
Sentirme abatida emocionalmente, comerme ese verso de que si no vivo todo se arreglaría, de que no me sentía feliz, de que me sentía vacía, de que socialmente era un desastre, de que todos mis sueños se veían destruidos y no tenía ningún valor en mi misma… De que cuando creía que estaba siendo feliz de alguna manera, todo se iba de las manos, y todos esos pensamientos positivos se iban esfumando lenta y dolorosamente.
¿En que clase de persona me he convertido? Siempre he sacado raíces del dolor, siempre he florecido bajo cualquier circunstancia.
Llegó el día en que decidí abrir los ojos, quererme de una manera responsable, de buscar el modo, ese mismo que nunca encontraba, decidí que la gente que realmente me quiere no puede estar sufriendo por este egoísmo que se apoderaba de mí.
Mis padres, mis amigos, mi familia, gente con la que había perdido él contacto hace ya tiempo se preocupaban por mi y mi salud; nunca quise victimizarme con lo que me estaba sucediendo, siempre fui muy cerrada para hablar sobre lo que pasa por mi cabeza pero no estaba en condiciones de serlo en estos momentos, pasando por situaciones que nunca imagine atravesar.
Respiré profundo, medite y decidí que tengo que luchar por mí, porque recordé al fin, que venimos con un propósito que sólo nosotros vamos a construir y desear para que esos sueños que ya no tenía, se puedan cumplir con esfuerzo y dedicación.
Acudí al primer profesional con el que estoy trabajando en un plan de alimentación para poder de a poco ir recuperándome, y aunque se que me va a llevar tiempo lo voy a lograr, porque me lo propongo y estoy haciendo lo necesario para llevarlo a cabo.
Psicológicamente tengo que trabajar más de la cuenta ya que aunque hay heridas que no van a sanar las puedo hacer cicatrizar para que no duelan tanto.
Todo lleva trabajo, pero hoy tomé la decisión más correcta y responsable de mi vida: SER UNA INMARCESIBLE.