Carta a una conocida

Querida amiga:

Me llamo amiga, porque eso es lo que quiero ser conmigo misma ahora. Por mucho tiempo yo fui mi peor enemiga, de hecho, fui mi única enemiga. Fui yo la que permitió que el miedo dominará mi vida. Fui yo la que se aferro a las penas del pasado para llenar mi presente de sufrimiento. Era mi propia voz la que escuchaba en mi cabeza y que me convencía de no merecer lo bueno y que me hacia sentir menos que los demás.

Fui yo misma la que me llené de inseguridades y dudas, de celos y resentimientos. Fui yo misma la que me juzgue y me critique en todo lo que hacia. Yo misma afecte mi salud y mi bienestar y fui yo misma la responsable de los problemas en mi vida. En mi estaba la solución y en mi estaban todas las respuestas.

Fui yo misma la acusada, la jueza y la verduga de mi propia vida. Yo misma dicté las sentencias y yo misma me impuse castigos. Y, sin embargo….

HOY ME PERDONO TODO, porque me doy cuenta que siempre hice lo mejor que pude. Comprendí que fui un ser sensible y vulnerable y como yo son todos los seres humanos y que las experiencias de mi vida moldearon mi personalidad, hoy rechazo la culpa que siento por mis errores ya que en nada ayuda y nada soluciona.

Aprendí tarde, que era yo capaz de cambiar mi vida a pesar de mis heridas y de las situaciones que me rodearon. Tarde comprendí que era yo mi propia dueña, que mis pensamientos moldearon mi existencia, que no era una esclava de las circunstancias y que en mí estaba el poder de mejorar, de cambiar y de vivir en armonía.

Puedo ver ahora que mi vida fue maravillosa a pesar de las pérdidas y heridas que todos compartimos. Agradezco la oportunidad que tuve de ver, de oír , de sentir, de saborear, la oportunidad de compartir con otros mi vida y la oportunidad de amar a mis semejantes.

Hoy me deshago de viejos resentimientos hacia otros y hacia mi mismo.

Hoy rompo las cadenas con las que yo mismo me ate.

Hoy me libero del miedo y de la culpa.

Hoy me perdono por todos mis errores.

Hoy admito que nadie tiene control sobre mis pensamientos.

Hoy admito que nadie tiene control sobre mis sentimientos.

Hoy me libero de todas mis heridas.

Hoy es un buen día para …. VIVIR.

Me quiero…

Atentamente: La persona más importante de mi vida

Después del insomnio (Elisa Mon)

Fly on – Coldplay

«Tú tienes razón, la mala he sido yo, yo que me acosté contigo una noche pensando en que amanecerías enamorado y muriendo de amor por mi, como si el amor fuese producto de un truco de magia y no de una construcción. He sido mala, muy mala pero no contigo, a ti siempre te dí lo mejor, te convertí en prioridad, te dí un espacio, te dí el amor. He sido mala conmigo, por insistir en algo que no podría prosperar, que nació muerto, algo que dolía. Me engañé muchas veces pensando el día en que correspondieras, esperando a que llegues, esperando a que puedas, a que haya un espacio para mí en tu agenda. Yo me he traicionado, deserté en mi propia guerra, hoy me escupo las heridas y quiero irme de ti, para ver si algún día, una vez pagada esta deuda, me vuelvo a encontrar y consigo el amor que siempre merecí de mí, para mí.

Actos de amor

Me preguntaron un día, de qué forma podría yo describir el amor, indagando en mis pensamientos caí en la cuenta de que mi madre jamás me hablo de amor, jamás oí de su boca una explicación detallada, o la decodificación de algo que escasamente llegas a descifrar en estos tiempos frívolos y egocéntricos.

La pregunta me ha recorrido los pensamientos por años, y sigo viendo a mi mamá como un ser mudo ante mi presencia, cuando de amor se habló.

Recuerdo que cuando yo era niña, ella me decía señalando a mi padre con una sonrisa coqueta –los hombres son tan simples- mientras él buscaba por quinta vez los lentes que llevaba puestos, supe entonces, que mi padre era como un niño al que mi madre había terminado de criar: le buscaba su ropa, le preparaba su comida, le arreglaba su cama, se bañaba con él, nada distinto a lo que hacía con nosotras, cuatro saltarinas niñas que corrían por la casa.

Yo la observaba a ratos; siempre enérgica y en movimiento: ultimaba detalles, cantaba canciones, cocía ropas para nuestras muñecas, peinaba nuestros cabellos, todo de la manera más prolija y dedicada. Nunca la vi llorar, quejarse maldecir, muchos tal vez pensaron que era una mujer sacrificada y abnegada por su familia. Pero…

Hoy, en el ocaso de mi vida comprendo su forma de amar; ella era de actos, detalles y construcciones sólidas, no tenía por qué decir “te amo” o “te quiero” no creía en el amor de palabra, que sangraba, desgarraba o fastidiaba, por eso siempre la vi amándonos sobre la marcha y en cualquier situación.

Por fin logro responder el cuestionamiento de hace años, y es simple; no puedo explicarlo, no puedo permitirme hablar, describir o descifrar el amor, pues prefiero actuarlo, he aprendido con el ejemplo y aprendí bien

Autor: Elisa Mon

Cuando hay demasiado silencio le da por hablar a algunas heridas …

Cuando hay demasiado silencio le da por hablar a algunas heridas.
Por eso duelen tanto las madrugadas.
A veces intentar ser feliz es como tratar de agarrar algo que se te escurre entre las manos.
Y eso te pone aún más triste.
Lo peor es que ya no se me ocurren excusas.
Estar perdida se ha convertido en mi estado más común.
Alguna vez me encuentro, pero sólo un rato, mientras tanto observo la vida como si fuese un creyente esperando ser espectador de un milagro que nunca ocurre.
La verdad es que la fe me parece el peor invento del hombre, pero también es cierto que cuando no tienes nada, agradeces no tener algo más que perder. Es mi mayor consuelo, por pequeño que sea.
Algún día me crecerán alas, o simplemente volaré de camino al suelo, tras saltar cuando ya estrellarme me llegue a parecer una sensación maravillosa. Y sonreiré mientras la tristeza se convierte en esa cicatriz que no recuerdo cómo me hice.
O quién la hizo.
Todo llega, porque todo termina.
Y ahora mismo que las cosas no duren eternamente me resulta precioso.
De todas formas, y volviendo al tema en cuestión: nunca he querido a nadie tanto como he llegado a odiarme a mí mismo. Entiendo que no sepa amar sin que me duela, pero espero que cuando quiera irme, en lugar de hacerlo, alguien me enseñe a quedarme a su lado toda la vida.

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Y te duele

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Y te duele el corazón, la piel y todo lo que apreta, te duele la sombra que ya no es sombra, y te duele el recuerdo que siempre será recuerdo.
Te duelen las manos del frío que te cala hasta los huesos, y duele ese puñal con el que decidiste terminar.
Te duelen las palabras, los versos y aquellos sinónimos que pudiste inventar, te duele la sintaxis de aquella oración que quisiste empezar.
Te duele la lluvia de este execrable otoño, y la impaciencia de la exhaustiva búsqueda del nacimiento de una flor.
Te duele el viento y su impertinente aparición cada mañana.
Te duele la caricia con la que alguna vez quisiste soñar, y te duele ese beso con el que te quisiste engañar.
Te duele esa canción con la que alguna vez te pudiste deleitar y ese baile que te hacía sonrojar.
Y te duele ese refrán que alguna que otra vez pudiste recitar, y te duele la voz por no poder cantar y mucho menos hablar.
Te duelen los ojos de tanto llorar y la cabeza de tanto pensar.
Te duele la pregunta y la respuesta, te duele la verdad y la mentira, la emoción consecuente de la anterior y la agonía que te conquistó.
Te duele el enojo y te duele la felicidad, te duele el aquí y ahora, te duele el pasado, el presente y el futuro.
Te duelen las ganas y las no ganas, te duele la existencia y lo que sería de la no existencia.
Te duele el amor y la frustración que eso acarrea, la sobrevaloración y el enigma detrás de esa larga caminata.
Te duelen las piedras y los ríos, te duele el miedo y la incertidumbre.
Te duele el alma; y eso duele más que cualquier otro dolor.

Adioses

Hay muchas formas/de despedirse/dando la mano/dando la espalda/nombrando fechas/con voz de olvido/pensando en nunca/moviendo un ramo/ya deshojado
por suerte a veces/queda un abrazo/dos utopías/medio consuelo/una confianza/que sobrevive/y entonces triste/el adiós dice/que ojalá vuelvas

Este adiós que te guardo
está madurando con los días
Exprimo nuestra vivencia
y no la dejo quedarse
en el pasado

No puedo avanzar contigo
por que te deseo a cada instante
y desear lo que no se puede tener
es como escribir
sin que nadie te lea
Eso seguro que lo entiendes
Te quiero pero no deseo luchar
contra el destino
Disfrutaré de vez en cuando
de tu recuerdo
que seguirá alterándome

-Mario Benedetti

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Diario de una inmarcesible

PARAMORE: LAST HOPE (LIVE)

Cuando se habla sobre trastornos y desórdenes alimenticios la gente asimila como únicas opciones ANOREXIA y BULIMIA con sus respectivos derivados; déjenme decirles que los trastornos no sólo se basan en atracones para luego sentir culpa y culminar en la regurgitación o en su defecto, tener una visión sobre el cuerpo perfecto por los estándares de belleza que se dictan como proclamación ante estas mujeres que creen que ése cuerpo «PERFECTO» se basa en huesos y más huesos.
Se preguntarán por qué estoy hablando de este tema, y es que hace varios meses me encuentro atravesando por grandes (al menos así lo veo HOY) problemas de salud; entre un desbarajuste hormonal y un trastorno alimenticio psicológico. Hace pocos días me miré en el espejo con un poco más de responsabilidad y decidí buscar ayuda profesional porque lo que veía no era nada saludable.
Hay condiciones complejas que pueden contribuir en este tipo de trastorno como lo son los factores biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales que a lo largo del tiempo producen daños en la salud física y emocional, la autoestima, etc.

Factores psicológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:

  • Baja autoestima
  • Sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida
  • Depresión, ansiedad, enojo y soledad

Factores interpersonales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:

  • Relaciones personales y familiares problemáticas
  • Dificultad para expresar sentimientos y emociones
  • Haber sido fastidiado o ridiculizado basado en su talla o peso
  • Historia de abuso físico o sexual

Factores sociales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:

  • Presiones culturales que glorifican la “delgadez” y le dan un valor a obtener un “cuerpo perfecto”
  • Definiciones muy concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras
  • Normas culturales que valorizan a la gente en base a su apariencia física y no a sus cualidades y virtudes internas

Mi falta de correcta alimentación se vio reflejada en una balanza:
44Kg midiendo 1,66m y teniendo casi 24 años-
Sí, soy un esqueleto caminando aunque la verdad,  podría estar pesando mucho menos. A los 15 años me diagnosticaron problemas de tiroides, el diagnóstico profesional: HIPERTIROIDISMO.
Fueron varios años controlando la enfermedad, medicandome y pinchándome los brazos todas las veces que fueron posibles para poder controlarla; al final parece que esta todo bajo control, mis últimos estudios han salido bien.
Hace un par de meses tuve que volver a causa de una amenorrea bastante considerable, diagnóstico: SÍNDROME DE OVARIO POLIQUISTICO.
Escribo esto y me río porque no se que habré hecho mal para tener una salud tan de mierda, y eso que no les he contado la falta de calcio que tengo en los huesos que me provoca unos dolores insoportables, ni les he contado sobre los soplos cardíacos con los que convivo hace más de 20 años… EN FIN
Centrémonos en lo que para mi es más importante ya que esta en el ranking de las cosas que más me daña en todos los aspectos habidos y por haber.
La depresión con la que convivo hace 15 años ha salido a la luz después de su última aparición allá por mi adolescencia de «rebelde sin causa». Esta misma «depresión» es la que hace que yo no pueda ingerir alimentos, la misma que me genera nervios, nauseas y ansiedad compulsiva hacia el tabaco, entre otras cosas.
Yo nunca tuve problemas con mi cuerpo, por genética siempre fui una persona delgada con proporciones correctas para mi edad… Nunca me sentí ‘gorda’ PERO , sí creía que podría estar mejor, ser más saludable, hacer ejercicio para que todo se mantenga en su sitio, un pensamiento así, dudo que tenga algo de gravedad, aunque pensándolo, nunca hacía algo al respecto.
En muchas circunstancias que me han pasado este ultimo tiempo, me veía desolada, pensaba en cosas y mi estomago se cerraba, pasaban los días salteando una comida tras otra, hasta que me doy cuenta que ya directamente no comía, no porque no quisiera, sino que directamente NO PODÍA, y cuando me obligaban a comer tenía que parar porque me daban ganas de vomitar.
Paso mucho tiempo hasta que me di cuenta del daño que me estaba provocando a mi misma, de escuchar a toda esa gente diciéndome lo asquerosamente flaca que estaba.
¿Por qué hablo de una depresión? Porque más de una vez pensé en quitarme la vida e imaginando las cosas que podría hacer para terminar con la miserable vida que llevaba; yo creo que si una persona es estable psicológicamente nunca llegaría a pensar las cosas que yo pensaba, sin embargo fueron sólo deseos y nunca hechos concretos porque nunca hice algo al respecto.
Sentirme abatida emocionalmente, comerme ese verso de que si no vivo todo se arreglaría, de que no me sentía feliz, de que me sentía vacía, de que socialmente era un desastre, de que todos mis sueños se veían destruidos y no tenía ningún valor en mi misma… De que cuando creía que estaba siendo feliz de alguna manera, todo se iba de las manos, y todos esos pensamientos positivos se iban esfumando lenta y dolorosamente.
¿En que clase de persona me he convertido? Siempre he sacado raíces del dolor, siempre he florecido bajo cualquier circunstancia.
Llegó el día en que decidí abrir los ojos, quererme de una manera responsable, de buscar el modo, ese mismo que nunca encontraba, decidí que la gente que realmente me quiere no puede estar sufriendo por este egoísmo que se apoderaba de mí.
Mis padres, mis amigos, mi familia, gente con la que había perdido él contacto hace ya tiempo se preocupaban por mi y mi salud; nunca quise victimizarme con lo que me estaba sucediendo, siempre fui muy cerrada para hablar sobre lo que pasa por mi cabeza pero no estaba en condiciones de serlo en estos momentos, pasando por situaciones que nunca imagine atravesar.
Respiré profundo, medite y decidí que tengo que luchar por mí, porque recordé al fin, que venimos con un propósito que sólo nosotros vamos a construir y desear para que esos sueños que ya no tenía, se puedan cumplir con esfuerzo y dedicación.
Acudí al primer profesional con el que estoy trabajando en un plan de alimentación para poder de a poco ir recuperándome, y aunque se que me va a llevar tiempo lo voy a lograr, porque me lo propongo y estoy haciendo lo necesario para llevarlo a cabo.
Psicológicamente tengo que trabajar más de la cuenta ya que aunque hay heridas que no van a sanar las puedo hacer cicatrizar para que no duelan tanto.
Todo lleva trabajo, pero hoy tomé la decisión más correcta y responsable de mi vida: SER UNA INMARCESIBLE.

-The show must go on-

Musiquilla HACIENDO CLICK

Y te despiertas un día y te das cuenta que cada día que pasa lloras una lagrima menos, y te aferras al creer que cuando te quieras dar cuenta, todo eso va a terminar; y así sucede, porque el show debe continuar.
Cada granito de fortaleza que sale de ella es el despertador de los buenos días y el dulces sueños por la noche.
¿Duele? – Mucho – Pero ¿de qué le sirve pensar en lo que duele,si no esta dispuesta a pensar en la satisfacción de sanar?
Tranquila, todo pasa, tiempo al tiempo.
No va a olvidar, pero se esforzará por recordar cada vez un poco menos.
Le abre la puerta a las responsabilidades, a los sueños que había dejado atrás, le da la mano a su vida y hacen las paces.

En la lista de experiencias apuntó:

-Aprendí, que toma mucho tiempo el construir la confianza y sólo se tarda segundos para destruirla.
-Aprendí que no importa lo que me pase, sino cómo soy capaz de manejarlo.
-Aprendí que no importa que TAN delgado rebane un pan, éste siempre tendrá dos lados.
-Aprendí que para mí, es mucho más fácil reaccionar que pensar, y si pensara antes de reaccionar evitaría muchas situaciones penosas.
-Aprendí que puedo soportar mucho más de lo que pensaba que podría.
-Aprendí que soy responsable de lo que hago, sin importar cómo me siento.
-Aprendí que solo yo controlo mi actitud, no ella a mi.
-Aprendí que los héroes son personas que hacen lo que tienen que hacer cuando es necesario, sin importar las consecuencias.
-Aprendí que en pocos segundos se pueden producir heridas profundas en las personas que amamos; y que no es tan fácil sanarlas.
-Aprendí, que el perdonar se aprende practicando.
-Aprendí que hay gente que me quiere, pero no sabe cómo demostrarlo.
-Aprendí que el dinero lo compra todo; menos la felicidad.
-Aprendí que mucha de la gente que no esperaba, fue la que me ayudo a levantarme cuando más lo necesitaba.
-Aprendí que la verdadera amistad sigue creciendo día a día.
-Aprendí que la madurez tiene más que ver con el tipo de experiencias que he tenido y qué he aprendido de ellas, que  cuántos cumpleaños he celebrado.
-Aprendí que los grandes sueños no requieren de grandes alas.
-Aprendí que mi familia siempre está ahí para mi.
-Aprendí que no siempre es suficiente ser perdonado por otros. Algunas veces, debo perdonarme a mi misma.
-Aprendí que no importa qué tan roto está mi corazón; el mundo no parará por mi dolor.
-Aprendí que no debo eludir los problemas grandes, mientras más rápido los enfrente, más paz encontraré.
-Aprendí que soy  dueña de lo que callo y esclava de lo que digo.
-Aprendí a tratar de ser feliz con lo que tengo.
-Aprendí que hay muchas maneras de enamorarse y permanecer enamorado. Y dos para destruir todo lo alcanzado: infidelidad y egoísmo.
-Aprendí que sin importar las circunstancias, aquellos que son honestos consigo mismos, llegan lejos en la vida.
-Aprendí que escribir, al igual que hablar puede ayudar al dolor emocional.
-Aprendí que ningún éxito en la vida podrá compensar jamás, el fracaso en el hogar.
-Aprendí que amar y querer no son sinónimos sino antónimos; el querer lo exige todo… El amor lo entrega todo.

Termina de escribir y sonríe, hay algo que está cambiando en su interior.
«AMOR PROPIO» algo de lo que ella ya no recordaba. Florecen sus ganas de seguir adelante con valentía, acompañada de su propia compañía.

«THE SHOW MOST GO ON»….

Así es vivir con depresión.

LINK DEL VÍDEO

«La depresión se apodera de ti silenciosamente.
Al principio tienes problemas con las cosas pequeñas, pero luego eliges ignorarlas.
Es como una jaqueca, te dices que es temporal, que pasará. 
Es sólo un mal día.
Pero no lo es, estás atascada en este estado mental.
Te acostumbras a usar una máscara social y vivir entre los demás porque es lo que tienes que hacer. Es lo que hacen los demás.
Pero el problema no desaparece.
Te esfuerzas por actuar todos los días y empieza a costarte más y más.
Allí es cuando comienzas a caer más profundo, y es entonces cuando empiezas a alejarte de amigos y familia. 
A veces, ignorándolos por completo.
Todas las satisfacciones desaparecen.
Las pequeñas cosas que solían hacerte feliz ahora son insignificantes.
Incluso, las cosas simples se vuelven dolorosas.
Por eso, es que no tienes motivación.
¿Por qué continuar haciendo cosas si nada te hace feliz?
Todo esto te hace sentir incluso peor, y te ves atrapado en un circulo vicioso.
De pronto, te das cuenta que estás viviendo en cámara lenta.
Los días son indistinguibles…
Sólo ruido blanco… una pesadez que llena tu mente y se reparte por tu cuerpo.
Sientes que nunca volverás a ser feliz.
Sigues alejándote y destruyendo relaciones.
Estás avergonzada por todo lo que has hecho y lo que no has hecho.
Hay una parte de ti que quiere arreglar las cosas. Un impulso repentino que te hace querer salir y conocer personas, pero no dura mucho porque sabes que de todas formas no funcionará.
Las cosas que emocionan a tus amigos te dejan indiferente y te deja consciente de la brecha que hay entre tú y ellos.
Otro fracaso no es una opción… así que eliges estar sola, donde te sientes segura, donde nadie te hace preguntas.
La baja autoestima y la falta de propósito se vuelven insoportables.
Finalmente te das cuenta que no puedes continuar así y sucede una de dos cosas:
decides buscar ayuda o puede que intentes suicidarte.»

depre